Nos alojamos en el último piso de Villa Sirenita. Valió la pena el gasto extra. Las vistas son absolutamente impresionantes. La habitación es muy abierta y espaciosa. La cubierta es enorme. Esta habitación es, sin duda, una de las habitaciones más geniales en las que nos hemos alojado. El paseo hasta el pueblo es corto y la playa está a un par de minutos.